martes, 10 de enero de 2012

Ninh Binh, el Vietnam auténtico. Y Hue.

Tras dos horas de viaje desde Hanoi, llegamos a Ninh Binh hacia las nueve y media de la noche. Acostumbrados a trayectos en autobús mucho más largos, de éste ni nos enteramos. Además estuvo entretenido. Aunque aqui las carreteras son mejores que en la India y Nepal, no conducen mucho mejor, y el chófer se confundió varias veces, y en una de ellas tuvo que dar marcha atrás en la autopista.

En Ninh Binh apenas nos encontramos turistas. Nosotros pasamos seis noches, algo inaudito según los dueños de la guest house en la que nos alojamos. No era nuestra idea pasar aqui tanto tiempo. El problema fue que nos quedamos sin plaza en el autobús para ir a Hue.El único día que había disponible era la noche de fin de año y no nos apetecía mucho pasarla en el bus. Aunque tampoco nos importó demasiado estar unos días tranquilamente en este lugar, ya que la gente es encantadora y el personal de Kim Lien Guest House nos ha hecho sentir como en casa. Lo gracioso fue que en seis noches, nos cambiaron cuatro veces de habitación. Cuando llegábamos después de pasar el día por ahí, nos encontrábamos con que habían trasladado todas nuestras cosas, incluído el tenderete. La verdad es que no hemos conseguido saber la razón de estos cambios, pero somos, sin duda, los únicos huéspedes que han estado en cuatro de las siete habitaciones que tiene la casa.

Ninh Binh no es un pueblo especialmente bonito. El verdadero encanto del lugar reside en la amabilidad y calidez de su gente y en el paisaje que lo rodea. El primer día nos levantamos tarde, ya que andábamos a falta de sueño y dimos una vuelta por el pueblo, para situarnos un poco. Lo más interesante para nosotros fue el mercado y los puestos callejeros de comida.
Zona de mercado en Ninh Binh

La oferta de restaurantes no es demasiado amplia, así que ha sido aqui donde nos hemos animado a comer en los mismos locales  en los que lo hacen ellos. El problema es que el  menú está en vietnamita, así que nos hemos dejado guiar por la comida que veíamos que iban sacando a otros clientes. De esta manera, poco a poco, estamos descubriendo los nombres de diferentes platos. Es una comida muy barata, menos de un euro por persona y está realmente buena. 

Restaurante local
Al día siguiente alquilamos dos bicicletas y con un mapa muy básico nos fuimos a Tam Coc. Son unos diez kilómetros para ir y otro tanto para volver y el camino discurre entre campos de arroz y pequeños pueblos. En cada cruce de caminos, preguntábamos por dónde teníamos que ir y siempre había alguien dispuesto a ayudarnos. Fue, sin lugar a dudas, el día más bonito desde que llegamos a Vietnam. Experimentamos nuevamente esa sensación de libertad, de descubrir las cosas por nosotros mismos, de pararnos cuando nos apetecía, de hablar con la gente, aunque sólo fuera para preguntar si íbamos por el camino correcto. Es algo que se pierde en las excursiones organizadas.
Nuestra primera parada fue Hang Mua, una pagoda-mirador a la que se accede subiendo cuatrocientas escaleras de piedra. La ascensión un poco dura, pero la vistas impresionantes, pese al tiempo brumoso que nos acompañó durante todo ese día.

Vista desde Hang Múa
Seguimos nuestra ruta hasta alcanzar Tam Coc, donde cogimos una barca para dar un paseo por el río. A este lugar también lo llaman la "La bahía seca" porque el paisaje se parece mucho al de la Bahía de Halong, sólo que esas enormes moles de roca se alzan sobre los arrozales y el río. Como casi siempre, durante el trayecto nos intentaron vender agua, comida, manteles, etc... pero, una vez más, les dijimos que no queríamos nada. Nos habían dicho que se ponen muy insistentes, así que para evitar tensiones, sacamos unas galletas de chocolate que teníamos en la mochila y se las ofrecimos a la barquera y su socia (es la que se encarga de las ventas) y nos dejaron tranquilos. Cuando estábamos llegando al embarcadero, la socia le pegaba a Jon en la espalda pidiéndole "money", así que aunque no somos muy amigos de dejar propina, como nos habían caído simpáticas, les dimos algo. Pero no les debió gustar la cantidad, porque ponían mala y nos pedían más.

Para remar, la barquera alterna brazos y piernas

De vuelta a la guest house nos perdimos, pero aunque por otro camino, finalmente llegamos sin demasiados problemas.

Siguiente excursión: Trang An. Como nos quedaba un poco lejos para hacerlo en bici, decidimos alquilar unas motos con conductor. Así que, a eso de las nueve de la mañana salimos de nuestra guest house para llegar justo en el momento en el que el cielo comenzó a despejarse. Ello nos permitió dar el paseo en bote con el cielo prácticamente azul, algo bastante raro desde que llegamos a Vietnam. Fuimos atravesando numerosas cuevas, algunas bastante largas y estrechas, repletas de estalactitas, y que desembocan en lagunas de aguas cristalinas. El paisaje es muy parecido al de Tam Coc, pero a nosotros nos gustó más. Por la tarde fuimos a Hoa Lu, antigua ciudadela en la que hay varios templos.

Trang An

Trang An


Hoa Lu

Y llegó Nochevieja. Para nosotros la primera vez que estábamos a miles de kilómetros de nuestra casa y sin la compañía de familiares y amigos. No vamos a negar que sentimos cierta nostalgia. 
La cena no estuvo nada mal. Consistió en tofu con tomate, rollitos de primavera rellenos de pescado, ternera con verduritas, pollo rebozado y bizcocho.Todo ello regado con un Burdeaux de cinco dólares, que compramos en un supermercado, y que según íbamos bebiendo nos iba gustando más, hasta que nos pimplamos la botella entera. En la cena conocimos a Florent y Vanessa, una pareja de franceses que están viajando por el sureste asiático durante siete meses con sus tres hijos, de doce, diez y seis años. Estuvimos de charla hasta que apareció Liem por el comedor y empezó a apagar las luces, señal inequívoca de que nos echaba. Así que no nos quedó más remedio que irnos a la cama.
 
En Año Nuevo y sin resaca, partimos hacia Hue.Cuando llegamos, estaba lloviendo. El autobús nos dejó en un hotel en el centro de la ciudad y después de pasar toda la noche en el mismo y con semejante tiempo, no nos quedaban muchas ganas de andar mirando otros alojamientos, por lo que tras echar un vistazo a la habitación y pese a que costaba quince dólares, desayuno incluído, nos quedamos. Por cierto, el desayuno buffet fue antológico. El mejor en estos cuatro meses. Esa misma mañana nos dirigimos a la ciudadela de Hue, que fue ciudad imperial. Antes de visitarla  dimos una vuelta por los alrededores con una especie de carricoche que no sabemos cómo se llama, pero que se parece mucho a un coche de niños, empujado por una bicicleta. A la hora de pagar nos querían cobrar el doble, pero no hubo lugar a discusión, le pagamos lo acordado y nos fuimos.

En la ciudadela de Hue



La mayoría de vietnamitas tienen las puertas de su casa abiertas

Por la tarde, y ya se está convertiendo en una costumbre, nos fuimos a ver el mercado. Un laberinto de pasadizos estrechos impregnado de un fuerte olor a comida y especias, abarrotado de gente y lleno de puestos en los que puedes encontrar todo lo que puedas imaginar, desde melones y pescado seco, hasta sujetadores y móviles.

En el hotel nos ofrecieron una excursión para ver las diferentes tumbas reales, la pagoda de Thien Mu y un paseo en barco por Song Huong (Río del Perfume). "Como el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra" y el precio nos pareció correcto, la cogimos. Visitar las tres tumbas sale bastante caro, ya que los tickets no estaban incluídos en el tour, así que nosotros elegimos la de Minh Mang. Está situada en un entorno natural  que inspira paz, y de hecho, hay ciertos espacios en los que el emperador (que tuvo más de cien hijos) practicaba la meditación.  Un buen lugar para pasar la mañana pero que nosotros tuvimos que abandonar a la media hora de entrar. Teníamos un programa que cumplir.



Minh Manh


Minh Manh

El día continuó de la siguiente manera: tras el fugaz paso por cada uno de los monumentos, (a nosotros nos tocó esperar a la puerta), parada obligada en una tienda por si queríamos hacer alguna comprilla. De vuelta en el autobús, divertido recital de canciones protagonizado por nuestro guía. ¿Hemos comentado la afición enfervorizada que tienen por el Karaoke? Y para terminar, buena comida buffet y un estupendo paseo en barco al atardecer. ¿Qué más se puede pedir?

Pagoda de Thien Mu

Detalle de las barcazas que navegan por el Río del Perfume







4 comentarios:

Anónimo dijo...

A través de vuestras palabras, Por un momento he experimentado una sensación muy agradable imaginándome ese paseo en bici entre arrozales.

Gracias por tomaros el tiempo de describirnos tan bien vuestras experiencias.

Muxus. Idurre

Xabier Mendizabal dijo...

Por lo que veo, Vietnam os está resultando más asequible a la hora de adaptaros a lugares lejanos y exóticos. Es una delicia el transportar la mente a esos arrozales, y dejarte guiar por tus propias piernas, entre campos exóticos y gentes sencillas y buenas. Me llama la atención el hecho de que allí se dejen las puertas de las casas abiertas. Otra cultura, otra educación, sin duda alguna. La nochevieja, por lo que veo, la pasasteis bien, con aquella botellita de vino que os trincasteis y el buen menú que os comisteis.
Las fotos, preciosas, con esos reflejos casi perfectos, en unos lugares mágicos, tan diferentes a lo que estamos acostumbrados a ver por aquí.
¿Visitais templos? ¿Podríais hacerme un pequeño "favor"? Dejad allí una pequeña ofrenda por mí, para ver si tengo suerte y me hacen en mi ayuntamiento un contrato de seis meses como peón forestal. Hoy he presentado la solicitud y todos los papeles necesarios, para poder optar a una de las cinco plazas, aunque parece ser que hay más de 200 solicitudes. Buen horario, buen salario y trabajo en el mismo pueblo, sin gastos de desplazamiento. Pues nada, le poneis una vela a quien haga falta por allí ¿Qué religión profesan en Vietnam? Si me toca, me convierto al budismo o a lo que sea (ja ja ja).
Bueno, bikote, espero dut ondo pasako zaizula. Vietnam oso polita da, bere jendeak oso gosuak dira, eta gainera, bizitza merkea da. Ondo pasa, kontuz ibili eta ¡DISFRUTAU!

Xabi Mendizabal.

Iñaki dijo...

Hola, perdonad que no haya escrito antes, es que me estaba limiando la baba...

Bonitos lugares y preciosas fotos, sobre todo los lagos y los templos, apetece estar ahí, perdiéndose por esos paisajes y mezclandose con el entorno y las gentes, que por lo que comentáis son amables y hospitalarias. Supongo que por esos sitios no se preocupan de la crisis mundial o de los problemas de la sociedad consumista y capitalista. Bonita experiencia poder conocer gente de otras culturas y conversar con ellas ya debe ser la hos...

Pues nada, a disfrutar de ese país que, de momento, tantas alegrías os está dando. De vez en cuando arcodaos de poner la Olimpus en hielo, que tiene que estar echando humo. Jon, cuidado con hacer tanto deporte, a ver si el tobillo se va a resentir :-)

Cambiando de tema, Xabi, suerte con lo tuyo, yo pondré una vela a Yavé, Jeová, Buda, Alá y a la virgen del Carmen, y si te contratan nos vamos todos juntos a celebrarlo y nos quedamos como Dios, bueno, eso ellos... lo dicho, mucha suerte.

Un saludo y hasta el próximo artículo.

Iñaki

Anónimo dijo...

Hola chicos,

Ando un tanto despistada con el cambio de año y hasta hoy, sábado 14, no me he percatado de que habíais estrenado el mes no una sino dos veces.

Después de leer tan divertidas anécdotas, de ver que estáis comiendo muy bien, de saber que tenéis galletas de chocolate y de disfrutar de las fotos de lo más variadas como esa en la que la señora vietnamita, la que rema con manos y pies, se troncha de risa toda “despatarrá”, os confieso que Vietman me está resultando bastante más atrayente que la India. Nepal, en cambio, siempre estará arriba en mi TOP, pero eso son cosas mías, jaja.

No puedo más que reír, desternillarme, con todos mis respetos, del emperador pichabrava. Después de practicar el Kamasutra casi al segundo poco tiempo le quedaría al hombre para meditar, pero eso nunca se lo podré preguntar, mecachis.

Termino con un mensaje para Xabier: espero que tu Duende te eche una mano en estos tiempos tan complicados y si esta vez no es posible, JAMAS pierdas la fe en ti.

Muxu1,

Estibalitz